11 Jul 2018 Los alumnos del MAAB realizan una visita a la Institución Penitenciaria Madrid VI
Texto redactado por Sara Sánchez, alumna del Máster de Acceso a la Abogacía (MAAB) Villanueva.
El pasado 18 de mayo de 2018 tuvimos la oportunidad de acudir a una visita guiada al Centro Penitenciario VI en Madrid, situado en la localidad de Aranjuez. Allí nos recibió el Director del Centro, quien en todo momento se mostró natural y cercano en sus explicaciones y comentarios.
La visita comenzó con una pequeña charla sobre cómo funcionan los Centros Penitenciarios, en concreto en el que estábamos, y cuestiones básicas sobre Derecho Penitenciario. Posteriormente, nos llevó al módulo de aislamiento, donde pudimos comprobar y eliminar de nuestras mentes la imagen errónea que pudiésemos tener. Fue toda una suerte conocer esa parte que normalmente es poco visitada. A continuación acudimos al módulo de familia.
Este módulo me llamó especialmente la atención, ya que suena extraño que varios presas convivan si son pareja con hijos. Sin intentar ser muy crítica, opino que como personas que somos está bien porque qué menos que si estás ahí con tu familia, puedas convivir con ellos, pero por otro lado, es cierto que están privados de libertad pero, en cierto modo, no son las mismas condiciones que para el resto de los presos. Así mismo, en relación con los niños, tengo la misma opinión que el Director del centro, ¿Qué culpa tiene un niño de lo que han hechos sus padres? Y ¿cómo vas a separar a un niño de sus padres pudiendo estar con ellos? Es cierto que al final solo están ahí hasta los 3 años, si la edad es la acertada, es difícil saberlo, y si no deberían estar ahí, también. Realmente no tengo una opinión fundada, pero me da tristeza porque al final no hay mayor inocencia que la de un niño, y eso es lo único que no puede estropearse bajo ningún concepto, así que simplemente espero que tal y como vimos, allí estén bien y cuando salgan y les separen de sus padres, no sufran algún tipo de “trauma”, ni eso les afecte en el futuro.
También acudimos al módulo de respeto, caracterizado porque los presos que conviven ahí se comprometen a tener una conducta adecuada y un comportamiento ejemplar, donde ellos mismos luchan por su reinserción, haciéndose las tareas, estudiando o colaborando en otras actividades. Así pudimos verlo en la cocina, la panadería o el cine.
Realmente la visita me gustó mucho y me quedé con ganas de hacer algún de voluntariado allí.