Fernando Rueda, profesor del Grado en Periodismo de la Universidad Villanueva, está considerado el mayor especialista en asuntos de espionaje de España. En su último libro, Secretos de confesión:  50 años de la Operación Lobo, narra la historia de Mikel Lejarza, “El Lobo”, el espía que se infiltró en el grupo terrorista ETA y propició, entre otras cosas, la desarticulación de la banda.

Tres alumnos de 1º de Periodismo de la Universidad Villanueva -Jorge Panchón, Lucía Murria y Ana Aguilera- entrevistan al autor para conocer más sobre la historia del infiltrado en ETA más valioso de la historia y saber cómo es la labor de escritor de investigación.

Rueda, que imparte en Villanueva las asignaturas de Periodismo de Investigación, Análisis y Verificación de Fuentes y Redacción Periodística: Géneros de Análisis y Opinión, explica que “ETA nunca ha podido aceptar que un chico de pueblo que no tenía cultura fuera capaz de engañarles y desde entonces se han ido inventando mentiras para desprestigiarlo”.

El autor resalta que mantiene una relación estrecha con Lejarza desde hace más de 15 años, de la que destaca que “no solamente hablamos de su vida como espía, hablamos de muchas cosas”.

Recuerda que se conocieron hace muchos años en un curso universitario, y que esta relación dio lugar a que tras la publicación de la primera novela sobre el agente, El regreso de El Lobo, Mikel Lejarza le confesara que le gustaría contar sus memorias. Y confió en él, a pesar de tener numerosas propuestas de escritores relacionados con el CNI. “Es el espía más importante que ha tenido España”, destaca.

Además, habla sobre la cercana relación que mantenía con la familia de Mikel, especialmente con sus hermanas, con las que mantuvo una conversación en un hotel en la que le confesaron que se enteraron de su infiltración cuando un día salieron de casa y se encontraron con toda la calle empapelada con carteles de se busca con una foto de su hermano. Además, recordaron que su padre de camino al trabajo sentía que le seguían. No obstante, reconoció que “fue todavía peor para las hermanas y los padres que para el propio Mikel Lejarza” ya que, “él vivía en la clandestinidad, pero su familia no podía vivir oculta, y todo el mundo sabía quiénes eran”.

Respecto a su labor de escritor, Rueda explica que en un principio se especializó en temas militares, y más adelante, en temas de servicios secretos. Reconoce que nunca se imaginó poder llegar a conseguir los logros y el reconocimiento que tiene actualmente gracias a ser el primero en destapar la cara oculta de temas que entonces se desconocían. “Hace 30 años que publiqué mi primer libro, ‘La Casa’. Nunca se había publicado algo sobre el servicio secreto, y ahí hablaba sobre el espionaje de los rusos, de ETA…”, afirma, y concluye que él trata de escribir sobre aquello que le haga feliz, que se sienta a gusto y que piense que le va a gustar a los lectores.